Los sabores de pueblo

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Seguro que has dicho muchas veces eso de…”este sabor me recuerda a mi pueblo”. Y es así, las personas que hemos tenido el privilegio de contar con un pueblo donde vivían los abuelos o los tíos sabemos de lo que estamos hablando. Sin duda hemos tenido otra educación, y sabemos valorar más las cosas. Yo lo siento por los niños urbanitas, pero es cierto que no es igual. El poder salir a la calle a la hora que quisieras, el dejar abierta la puerta de tu casa, el saber que ibas a estar jugando en la calle. El sacar la merienda, jugar, jugar y volver a jugar. Sin teléfonos móviles. Tiempos que no volverán.

Pero en este caso hoy me quiero referir a eso sabores que siempre nos recuerda, nos evocan al pueblo. Comenzaré yo con los míos, aunque seguro que en más de uno podemos coincidir.

Cocido

Siempre que como un cocido, el típico plato castellano, recuerdo a mi abuelo haciéndolo durante toda la mañana. Y es que ese es el secreto, darle mucho cariño y tiempo. Cuando me dicen que los mejores cocidos se comen en restaurantes, yo siempre contesto lo mismo: “El mejor cocido se come en la casa de cada uno”. Y es más, añadiría que en caso de las abuelas. Porque estas mujeres tienen un don para ello. El sabor a cocido de mi pueblo me recuerda a las mañanas de sábado, cuando todos los niños y niñas de la ciudad íbamos al pueblo con nuestros abuelos. Jugamos en las calles y luego a comer. Y es más, pocas son las casas en las que no había cocido los sábados.

Arroz con leche

Tengo que reconocer que mi abuela tenía un arte tremendo para la repostería. Pero de los mejores platos que se le daban era, sin duda, el arroz con leche. No sé cómo lo hacía, supongo que como decía antes con mucho amor, pero siempre era un plato especial. Si algún día me veía bajo de moral, siempre me decía lo mismo, “anda te voy a hacer un plato de arroz con leche que te vas a olvidar de todos los problemas”. Y así era. Además usaba un poco de limón, otro poco de canela en rama que le otorgaba un sabor mítico. Y no, no he sabido encontrar ese sabor en ningún restaurante de España por mucha estrella Michelín que tenga.

Chocolate con churros

Por supuesto que el chocolate con churros también me evoca al pueblo,. Pero en este caso a las fiestas de mi pueblo, que son en julio, cuando nos juntábamos toda la familia y sabíamos al baile. En el descanso no podía faltar el tradicional chocolate con churros. Es cierto que con el paso del tiempo los churros ya no saben cómo los de antes. Y sobre todo, ya no sabe igual al tomarlos y comprobar que falta gente de la de antes.

Paella

Hay otro sabor que siempre me recordará a mi pueblo. En este caso el de la paella. Bueno, para que los valencianos no se enfaden diré arroz con cosas, que es como les gusta decir a ellos. Porque efectivamente mi padre cuando nos reuníamos todos en el pueblo no hacía la típica paella, que ya sabemos que lleva conejo, pollo o alubias verdes, tan tradicional de Valencia. En este caso era de marisco con almejas, langostinos, calamares e incluso cigalas. Siempre me recordará a las reuniones que hacíamos entre todos los hermanos.  Guardo un momento muy bonito porque cuando mi padre enfermó de Covid y estuvo durante tres meses en la UVI, lo primero que dijimos es que cuando se pusiera bueno comeríamos una paella todos juntos. Aunque sabíamos que mi padre tenía muy pocas posibilidades. Sin embargo, mi padre es un hombre muy fuerte, logró salir del maldito coronavirus, y al verano siguiente nos reunimos en el pueblo toda la familia para comer una.

Y sí, me encanta el pueblo, hasta el punto de que cuando falleció mi abuela (todos los días me acuerdo de ella), compré su casa, a cada uno de mis hermanos su parte, y me he ido a vivir allí. Por supuesto que tuve que hacer reformas, sobre todo en el tejado, aunque como me indicaron desde Cubiertas Estévez, la empresa que se encargó de la reforma, mucha veces invertir en un tejado es hacerlo en toda la casa, ya que es el encargado de que no entren filtraciones.

Estos son los sabores que me evocan a mi pueblo. ¿Cuáles son los tuyos? La verdad es que recordar es volver a vivir.

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