Las empresas de catering tienen un abanico de servicios sorprendente. Lo mismo abastecen una fiesta que llevan la comida a una oficina todos los días. Veamos algunas de las posibilidades que ofrecen estas empresas. Una información interesante tanto para nosotros, los consumidores, como para emprendedores que están planteándose introducirse en el sector.
Susana Cedillo contrató en una ocasión a Catering de Lisi, una empresa de catering a domicilio de Madrid que llevan prestando sus servicios desde el año 2010. Lo hizo para suministrar la cena de una fiesta que había organizado con amigos. El catering fue un éxito. Tanto que cuando Susana se enteró de que el catering también atendía empresas, les propuso comentarlo en su oficina para que les trajeran la comida todos los días.
Dos tendencias acaparan el sector del catering en España. Por un lado, la especialización. Empresas de catering que se centran en un tipo de comida o evento especializado. Por otro, la diversificación. Empresas que al mismo tiempo que proporcionan desayunos, meriendas y almuerzos en empresas y centros educativos, son capaces de organizar una boda o un cumpleaños.
Lo veamos en cualquiera de las dos versiones, lo cierto es que el sector del catering abre un abanico inmenso de posibilidades.
Tipos de catering.
El blog de la Escuela de Hostelería E.S.A.H. nos habla de los tipos de catering que existen. Son estos:
- Catering móvil.
Son empresas que cuentan con una unidad móvil y llevan la comida al lugar escogido por el cliente. Se suelen encargar tanto del traslado de la comida como de servirla.
- Catering a domicilio.
Se suelen contratar para proporcionar la comida y la bebida en una fiesta o reunión. Se encargan de que todos los invitados tengan acceso a las viandas.
- Catering puerta a puerta.
Llevan la comida hasta la casa del cliente o el lugar indicado, pero no se encargan de servirlo.
- Catering para eventos especiales.
Están especializados en cubrir un determinado tipo de eventos. Fiestas, celebraciones, bodas. Además de la comida y la bebida, se preocupan de otros aspectos como la decoración, la iluminación, la música. Para ello tienen equipamiento y personal especializado.
- Catering de empresas.
Se encargan de cubrir reuniones de negocios, cursos de formación, presentación de productos, simposios profesionales. Eventos en los que suele haber un espacio de tiempo que se dedica a ofrecer un aperitivo o un tentempié para agasajar a los invitados.
- Catering industrial.
Son empresas que ofrecen servicios de comidas de forma regular para comunidades numerosas de gente. Estas empresas se encargan de suministrar la comida a colegios, hospitales, residencias geriátricas, etc. Normalmente, suscriben con sus clientes contratos largos de tiempo que se abonan mensualmente.
Partiendo de aquí, vamos a ver situaciones concretas en las que contratar una empresa de catering.
Bodas y comuniones.
Una de las opciones que está cogiendo fuerza últimamente es la de contratar empresas de catering para bodas y comuniones en lugar de llevar a todos los invitados a un salón de banquetes.
La opción de los caterings permite celebrar el banquete en el lugar que estimemos oportuno. Como puede ser, por ejemplo, una casa rural que hemos alquilado para la ocasión.
Otra de las ideas que hacen que muchos novios o familias se decanten por las empresas de catering es la de romper con lo habitual. La de organizar una boda o comunión diferente, algo que los invitados no olviden con facilidad.
En ese sentido, las empresas de catering pueden ofrecer servicios distintos como los bufetes. En las que el invitado va escogiendo la comida que quiere mientras pasa por la zona de exposición, en lugar de adaptarse al menú del banquete.
Organizar catering de plato único es otra de las opciones curiosas que suelen llamar la atención. Consiste por ejemplo en hacer una paella gigante para todos los invitados o una barbacoa en la que la gente se va sirviendo.
La revista Foro Opinión advierte que si los organizadores se decantan por un catering para ahorrarse, algo de dinero están confundidos. Un catering puede salir tan caro o más que un salón de banquetes. Inclinarse por el catering debe corresponderse con el tipo de celebración que queremos organizar y no tanto a motivos monetarios.
La comida en la oficina.
En las empresas en las que los trabajadores tienen una jornada laboral que abarca parte de la mañana y parte de la tarde, como por ejemplo, empezar a las 9 y salir a las 5, se suele dar una hora para comer.
Sigue siendo habitual, en muchas empresas, que los trabajadores bajen en grupo al restaurante que hay cerca de la oficina. Lo cierto es que una vez que llegas allí, con frecuencia, la hora se prolonga un poco más.
Ponerse a trabajar después de comer es un suplicio. La hora siguiente a la comida no es precisamente productiva o al menos como debería serlo.
Para perder menos tiempo en la comida y para que los trabajadores no se desconcentren, algunas empresas han optado por contratar empresas de catering que llevan la comida al centro de trabajo todos los días.
Los trabajadores comen en la misma oficina. Nada más terminar de comer, se vuelven a poner con sus tareas laborales. Al no tener que desplazarse, la desconexión con el trabajo es menor.
Si la empresa paga una dieta por la comida, puede invertir ese dinero en pagar directamente a la empresa de catering. Algunos caterings ofrecen diferentes opciones a los empleados. Ellos eligen por la mañana la comida que quieren comer. De esta forma se proporciona un menú individualizado.
Catering para fiestas.
Esta es una de las situaciones en las que más se suele recurrir a un catering en nuestro país. Organizar una fiesta con amigos y conocidos es una actividad ilusionante, pero no se puede obviar que implica un trabajo extra importante.
Aparte de la infraestructura, alquilar una sala o un local para la fiesta, acondicionarlo, decorarlo para la ocasión, preparar la música; sin duda, lo que más tiempo ocupa es la convocatoria. Si quieres que tu fiesta sea un éxito debes hacer que la convocatoria le llegue a todos tus invitados. Después tienes que llamarle por teléfono para confirmar la asistencia. Si no lo haces, te arriesgas a que muchos se echen para atrás en el último momento. Es algo normal. La gente tenemos muchas cosas en la cabeza y nos podemos olvidar de ciertos compromisos.
Con todo eso, ponerse a preparar la comida puede ser algo estresante. Una buena empresa de catering te resuelve la papeleta y contribuye a que los invitados se vayan contentos de la fiesta.
Exposiciones y presentaciones.
Recuerdo unos meses que me dediqué a organizar actos culturales en un centro social de un barrio de Valencia. Disponíamos de una sala en la que organizábamos presentaciones de libros, exposiciones de fotografía, exhibiciones de documentales.
Poníamos la sala a disposición de los interesados. Preparábamos las mesas, las sillas, el sonido. Solíamos organizar una tertulia con los asistentes.
Antes de eso, hacíamos algo de promoción en redes sociales y por medio de una red de blogs que teníamos asociados. Al principio buscaba a los artistas, pero cuando se corrió la voz, los artistas nos buscaban a nosotros. Sin mucho esfuerzo teníamos dos actos programados cada semana.
Recuerdo una tarde, después de la presentación de un libro, que una de las asistentes me preguntó por el catering. Yo no había caído. Me gusta el tema de la divulgación cultural, pero yo no era un organizador de eventos profesional.
Después de aquello caí. Con un catering, aquellos actos hubieran sido aún más especiales de lo que fueron. Aquellos actos se hacían con una intención. Difusión en los medios de comunicación, venta de libros, recoger aportaciones para sufragar los cortometrajes. Con una pequeña inversión en los caterings, estos podrían estar al servicio de los objetivos. Después de todo, la gente colaboraba con el arte cuando se encontraba a gusto.
Reuniones de empresas.
Aquí nos encontramos ante otra de las situaciones frecuentes en las que se suele contratar un catering.
Unir, formar y cohesionar a la plantilla es la razón de ser de estos actos. Esto hace que sea importante cuidar cualquier detalle. Uno de ellos es la comida. Si los asistentes comen bien se encontrarán satisfechos y esto repercutirá positivamente en el objeto para el que se ha organizado la reunión.
Cuando hablamos de estas reuniones, uno piensa en los congresos multitudinarios que montan las multinacionales norteamericanas. Esas en las que sale el presidente de la compañía y suelta un discurso motivacional encima de un escenario.
No tiene por qué ser eso. En ocasiones se reúne a la plantilla para impartir un curso de formación y reciclaje. En la que se enseña a los trabajadores a utilizar ese nuevo software que se ha integrado en los ordenadores de la oficina o se da una clase de seguridad en el trabajo. Puede ser que necesitemos la comida porque el cursillo dura todo el día. O simplemente porque queramos tener un detalle con los asistentes. Sea como sea, la presencia de un catering es una opción interesante.